ÓPERA Y MÚSICA DEL ROMANTICISMO ITALIANO DEL XIX (1ª Parte)

ÓPERA Y MÚSICA DEL ROMANTICISMO ITALIANO DEL XIX (1ª Parte)

PRIMERA PARTE: DE ROSSINI A VERDI

El gusto por lo fantástico y sobrenatural con profundas reflexiones metafísicas, tan frecuentes en el contenido de las óperas alemanas del romanticismo, colmadas de un subjetivismo muy peculiar, manifestado en su idioma local y con sus tradiciones históricas y legendarias; contrasta con la luminosidad y frescura del melodrama italiano de comienzos del siglo XIX, en el cual, el tema del Amor humano y sus opuestos: el odio, la venganza, el engaño, la mentira y la incomprensión, constituyen el centro gravitacional de los argumentos y contenidos de las óperas que se producen en la península, y cuyos principales cultores son cuatro grandes músicos líricos de la Escuela Romántica Italiana, que con sus impactantes y exitosas óperas, logran concentrar la atención de los públicos europeos y aportarle a la ópera italiana una nueva vitalidad y vigencia; cronológicamente, ellos son:

GIOACCHINO ROSSINI (1792-1868)

Es él, el único de los compositores italianos de este temprano romanticismo, que logra producir la parte fundamental de su obra en su propio país. Nacido en Pesaro, al noroeste de la península, región de las Marcas; es a su genio lírico  a quien le corresponde triunfar en la Europa de la Restauración, comienzos del siglo XIX, cansada de patrioterismoy violencia política; y que si bien debatía incansable en los salones y bibliotecas, simultáneamente, buscaba en el teatro la diversión, alegría y placer.

Hijo de Giusppe Rossini, músico cornista de la Banda de su pueblo y de la cantante de teatros Anna Guidarini, aprendió los rudimentos de la música con su padre. Luego con el músico y vinatero Giuseppe Prinetti y con el sacerdote y músico Giuseppe Malerbi. En 1804, desde muy temprana edad, a los 12 años, lo encontramos componiendo sus hermosas 6 Sonatas para Cuerdas, en las cuales ya demuestra una astuta visión, estilo y características muy personales de composición musical. También escribe una Serenata per piccolo complesso (flauta, oboe, corno inglés y cuerdas); y unas Variaciones para clarinete y pequeña orquesta.

Más tarde, se desempeñó como clavecinista acompañante en varios teatros. En 1810, contando 18 años de edad, logra su primer éxito con la ópera breve en un acto La Cambiale di Matrimonio (El contrato de matrimonio), con libreto de Gaetano Rossi. Dos años después, el 12 de septiembre de 1812, conquistaba La Scala de Milán, logrando 53 funciones de su séptima ópera La Pietra del paragone (La Piedra de toque), melodrama giocoso en dos actos con libreto de Luigi Romanelli;  y así, a pesar de algunos fracasos ocasionales, se consolida como el primer compositor de su tiempo.

Con sus óperas de 1813, Il SignorBruschinoFiglio per azzardo) en un acto; Tancredi, cuyo argumento en dos actos, con libreto también de Gaetano Rossi, se desarrolla en la Siracusa del 1005; y L’ Italiana in Algeri; (La italiana en Argel), ópera cómica en tres actos con libreto de Angelo Anelli y en la cual tienen gran importancia y dificultad las arias para mezzosoprano (Isabella); demuestra su alto grado de perfección y dominio del género bufo.

Autor de cuarenta (40) óperas, su obraLa inútil precaución, llamada luego, Il Barbiere di Siviglia, estrenada el 20 de febrero de 1816; con libreto de Cesare Sterbini basado en la obra de Pierre-Augustin de Beaumarchais, representa la culminación de la ópera buffa; escrita especialmente para la mezzosoprano con grandes dotes de coloratura, Gertrude Righetti (Rosina) y el tenor sevillano Manuel del Pópolo Vicente García (1775-1832), en el papel del Conde Almaviva; y el barítono Luigi Zamboni como Fígaro.

El compositor, igualmente, logra un magnífico dominio del melodrama con sus óperas serias Otello, ossiaIl Moro di Veneziacon libreto de Francesco MariaBerio di Salsi (1816); La Gazza Ladra (1817), con libreto de Giovanni Gherardini y Louis-Charles Caigniez, estrenada en La Scala de Milán el 31 de mayo de 1817;Mosè in Egitto (1818), y su última ópera en cuatro actos, escrita a los 27 años, Guillaume Tell (1829) con libreto de Étienne Jouy e Hippolyte Bis, dedicada por el compositor al público parisino y estrenada en la Opéra de París el 3 de agosto de 1829 de entre otras.

Rossini, en 1822, se casó con la famosa mezzosoprano y soprano dramático-coloratura, Isabella Colbran (1785-1845), quien fue una de las mejores intérpretes de sus obras. Más tarde se separaron; y en 1845, luego de la muerte de Isabella, contrajo matrimonio con la famosa modelo Olympe Péllisier (1797-1878).

La obra operística de Rossini constituye un verdadero lazo de interconexión entre la tradición de la ópera barroca, representada por sus arias cerradas, dúos, concertantes, coros y sus abundantes pasajes de rapidísima vocalización coloratura pero utilizados de una forma totalmente novedosa, donde además, el rigor formal de los elementos de la renovación glukiana de raíces clásicas son fácilmente identificables; hasta la picardía y expresión de pasiones y sentimientos del nuevo romanticismo que comienza en los albores del siglo XIX.

Rossini, es un verdadero maestro en el arte de mezclar con gracia las escenas cómicas y patéticas que le permitieron adueñarse tanto del espíritu de la ópera seria como de la comedia bufa italiana.

A los 28 años se retiró de la composición melodramática y en sus años de madurez sólo escribió algunas piezas menores para canto y piano, su Stabat Mater y una Petite Messe Solennelle.

Murió en Passy cerca de París, el 13 de septiembre de 1868 y fue sepultado en el Cementerio del Père Lachaise, París; en 1887, sus restos fueron trasladados a la Basílica de Santa Croce en Florencia, donde se encuentran sepultados junto a Maquiavelo, Galileo, Miguel Angel, Vasari, Ghiberti y otras importantes figuras.

GIUSEPPE SAVERIO RAFFAELE MERCADANTE (1795-1870),

nacido en Altamura, cerca de Bari en la costa Adriática, región de Apulia; estudió música en Nápoles. Es autor de más de cincuenta óperas muy influenciadas por la Grand Opéra francesa de Meyerbeer y Halévy. Excelente orquestador; se destacan sus óperas Violenza e Constanza (1820), Elisa e Claudio (1821), La Vestale (1840), Leonora (1844), Virginia (1866); además de un hermoso Concierto en Si bemol mayor para Clarinete, veinte misas, salmos, cantatas, piezas líricas, etc. Residenciado durante un tiempo en Portugal, compuso varias óperas para el Teatro São Carlos de Lisboa. Regresó a Italia en 1831; En 1870, murió en Nápoles, ciudad en la que había sido director del Conservatorio en 1840 hasta 1863 cuando quedó ciego.

GIOVANNI PACINI (1796-1867),

compositor siciliano nativo de Catania; su formación musical la realizó fundamentalmente en Bolonia. Invitado por Rossini, se trasladó a Roma donde colaboró con el compositor; luego, en 1827, viajó a Viena y París pero pronto se retornó a Italia. En 1857 se mudó a Pescia, cerca de Pistoia (Toscana), ciudad donde se residenció hasta su muerte ocurrida el 6 de diciembre de 1867.

Autor de una importante lista de óperas, tales como: L´escvazione del Tesoro (1814); La sposa fedele (1819); La Vestale (1823); Medea (1845); Rolandino di Torresmondo (1858); y Belfagor (1861); entre otras.

Aunque la música de estos dos compositores fue considerada algo efímera, ambos dierona la ópera italiana interesantes aportes en la moderna técnica de la orquestación de sus óperas, muchas de las cuales fueron muy celebradas en su tiempo.

GAETANO DONIZETTI (1797-1848),

natural de Bérgamo, región de Lombardía al norte de Italia. Hijo de una familia pobre y sin tradición musical; se destacó como alumno del sacerdote y compositor de óperas, párroco de la iglesia matriz de Bérgamo, Simon Mayr (1763-1845).

Es autor de setenta y cinco (75) óperas, en las cuales intentó seguir los perfiles de la ópera clásica; entre ellas se destacan, Anna Bolena (1830), ópera que fue premiada en Milán; L´elisir d`amore (1832), ópera cómica en la cual se destaca el aria de tenor Una furtiva lágrima; su ópera Lucia di Lammermoor, estrenada el 26 de septiembre de 1835, con libreto de Salvatore Cammarano, basado en la novela de Walter Scott The Bride of Lammermoor; obra que demuestra su dominio magistral de las voces, los coros, la orquestación y el Bel Canto. También sus óperas Lucrezia Borgia (1833),Belisario(1836); y su obra maestra, la ópera Don Pasquale (1843), considerada como la última de las grandes óperas bufas italianas.

Es él, quien le aporta a la ópera italiana un público nuevo y popular con su estilo melódico lírico, lleno de gracia, brillante y efectiva orquestación, con gran energía dramática en el tratamiento de las voces solistas y coros. Donizetti fue autor también de hermosas obras de música de cámara y sinfónica, entre ellas, una hermosa Ave María para soprano, coro y cuerdas; un Allegro en Do mayor para orquesta de cuerdas; Concertino para oboe en Fa mayor; Sinfonía para Banda en sol menor; Concertino para clarinete en Si bemol mayor; Concertino para corno inglés en Sol mayor; y Concertino para flauta en Do mayor.

VINCENZO BELLINI (1801-1835),

Vincenzo Salvatore Carmelo Francesco Bellini, siciliano; natural de Catania. Compañero de Mercadante y Donizetti en el Conservatorio Colegio de San Sebastián de Nápoles; es autor de la conmovedora historia de La Sonnambula (1831) cuyo personaje Amina, fue creado por Bellini para ser cantado por la soprano coloratura Giuditta Pasta (1797-1865).

Resalta también, la gran historia trágica de la sacerdotisa druida Norma (1831) con libreto de Felice Romani, basado en la tragedia del poeta francés Alexandre Souret (1788-1845) y cuyo argumento se desarrolla en la Galia del siglo I a.C.

Bellini otorga un puesto de especial privilegio y consagra el Virtuosismo vocal (Bel Canto) con sus hermosas y sublimes cantinelas frente a una orquesta tratada en un segundo plano. No obstante, escribió una Sinfonía en do menor y otra, en Re mayor.

Otra de sus obras famosas es, su última ópera en tres actos, I Puritani (1835) basada en la historia de los puritanos de Oliver Cromwell (1650). Bellini, fundamentalmente se destaca como un gran cultor de la melodía; fue autor también de misas, motetes y un Concierto para oboe y orquesta. Murió tempranamente, a la edad de 34 años, en París.

Estos cuatro últimos compositores habían logrado conciliar su italianismo con la Grand Opéra francesa, sin abandonar sus tradiciones nacionales italianas; sin embargo, la situación política de la Italia de la década 1830-1840; resquebrajada su unidad y bajo el dominio de la monarquía austriaca como consecuencia del nuevo mapa político creado por el Congreso de Viena en 1815; exigía de los artistas una reacción para afirmar con claridad los ideales de unificación y liberación. El antiguo carbonario, escritor y filósofo fundador del movimiento  la Joven Italia, Giovanni Mazzini, en su Filosofía de la Música (1836) emplazaba a los compositores para que en el Dramma Musicale, asumieran posturas frente a los acontecimientos políticos que afectaban la nacionalidad italiana.

Esta actitud es asumida por Giuseppe Verdi a partir de 1842, cuando no vacila en dar un viraje y cambio total  de rumbo al melodrama de Donizetti y Bellini, al componer su Nabucco, y no duda en afirmar: Mi carrera artística comenzó con esta ópera

Italia, necesitaba con urgencia su propia música, de acento viril y heroico que impulsara y sirviera de acicate a la vehemencia y pasión nacionalista de las nuevas generaciones.

GIUSEPPE VERDI

Su nombre completo era Giuseppe Fortunino Francesco Verdi; nacido el 10 de octubre en Roncole, cerca de Busseto (en ese entonces Ducado de Parma, que formaba parte de Francia), el 10 de octubre de 1813 y muerto en Milán el 27 de enero de 1901; es único tanto en lo que respecta a la evolución musical y dramática de la ópera del siglo XIX, como por el significado de su obra en el campo de la lucha por la unidad italiana, planteada en su Nabucco (1842). Italia estaba en plena fermentación política, cada provincia quería quitarse el yugo de la dominación extranjera y unirse, el nombre de Verdi sirvió para ello.

Verdi inició su formación musical en su pueblo, luego continuó en Busseto, con Ferdinando Proversi (1770-1833); más tarde, se desempeñó como organista de la iglesia de su pueblo. En 1836 se casa con Margherita Barezzi de quien tiene dos hijos, pero pronto en 1840, enviuda y ese mismo año, mueren también sus hijos.

Verdi logra sobreponerse a las dificultades y dos años después, en 1842, con libreto de Temistocle Solera, escribe su ópera Nabucco la cual, como hemos apuntado, cambiará su destino musical.

El genio de Verdi adquiere proporciones especiales, sobre todo en lo referente al Dramatismo de su música, expresado en sus veintiocho (28) óperas, entre ellas: Oberto (1839), Un giorno di regno (1840), Nabucco (1842), estrenada el 9 de marzo en la Scala de Milán, en ella correspondió a la soprano Giuseppina Strepponi, cantar el papel de Abigaille; Ernani (1844), I dueFoscari (1844), Alzira (1845), Giovanna d´Arco (1845), Macbeth (1847), I Masnadieri ó Los Bandidos(1847), Luisa Miller (1849), Rigoletto (1851) con libreto de Francesco Maria Piave, estrenada en el Teatro La Fenice de Venecia, el 11 de marzo de 1851; Il Trovatore (1853); La Traviata (1853); I Vespri Siciliani (1855); Simon Boccanegra (1857); La Forza del Destino (1862); Don Carlos (1867); Aída (1871); Otello (1887); y Falstaff (1893).

En 1859, contrajo nuevas nupcias con la soprano Giuseppina Strepponi (1815-1897). Además de sus óperas, Verdi compuso una Messa per Rossini (1869). A la edad de 60 años, compuso su Cuarteto en mi menor (1873) y también el famoso Misa de Réquiem (1874) para el 1er. Aniversario de la muerte del destacado milanés, poeta, novelista y escritor del romanticismo italiano, autor de Los Novios, Alessandro Manzoni (1785-1873); y en 1880, escribe su Ave María para soprano y cuerdas; además de obras para coro y unas dieciséis canciones. En 1874, fue designado miembro del Senado. Sin dudas, Verdi fue el más importante de los compositores italianos de ópera del romanticismo italiano.

Su estilo ejerció mucha influencia en numerosos compositores líricos, incluidos los representantes del VERISMO ITALIANO (de fines de siglo XIX y comienzos del siglo XX), corriente artística y cultural, versión del Naturalismo francés, que buscaba, aferrarse a un supuesto orden realista en la ópera pero principalmente, una más amplia gama expresiva de emociones, a través de la comunicación vocal y una nueva manera más realista de concebir el drama musical.

 

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

© Todo el material ha sido tomado de: HISTOMUSICA de Jesús Ignacio Pérez Perazzo.

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