Los Grandes Virtuosos y la nueva Dirección Orquestal

Los Grandes Virtuosos y la nueva Dirección Orquestal

LA ERA DE LOS GRANDES VIRTUOSOS

Durante el siglo XVIII y especialmente, en la primera mitad del siglo XIX, gracias al pujante desarrollo industrial, continúa y se acentúa, la renovación acelerada y el proceso de perfeccionamiento en la construcción de la mayoría de los instrumentos musicales utilizados actualmente.

En 1720, surgía el Arpa con pedales, del bávaro Simon Celestin Hochbrucker, quien incluye siete pedales para controlar los ganchos anteriormente utilizados para obtener las alteraciones o semitonos de los sonidos en dicho instrumento. Luego en 1750, George Cousineau mejora el sistema de Hochbrucker reemplazando los ganchos por placas metálicas. Y en 1792, Sébastien Érard, sustituye las placas metálicas por discos rotativos que podían producir las alteraciones y presenta estos cambios definitivos en 1811 en París.

Ya hemos visto también, como a partir de 1711 se ven aparecer los primeros modelos del Piano de Cristofori, junto a los modelos análogos del francés Marius (1716) y del alemán Schröter (1717); algo más tarde, Gottfried Silbermann (1683-1753) presenta a Johann Sebatian Bach sus primeros Piano-forte fabricados en Alemania; pero no será sino hasta 1823 cuando Sébastien Érard (1752-1831) aplique a sus pianos franceses e introduzca oficialmente, el principio mecánico actual de doble escape. Finalmente, el constructor de pianos Heinrich Engelhard Steinweg (Steinway), emigrado de Brunswick y establecido en New York, en 1855 le da a sus pianos la forma actual. Así mismo, vimos como fue Jean-Marie Leclair 81697-1764), quien introdujo los nuevos Violines en Francia durante el primer cuarto del siglo XVIII y fundó la Escuela Francesa de violín.

 

Para tener una idea más precisa de lo que los cambios y transformaciones han representado dentro del proceso evolutivo de los instrumentos, mencionaré sólo algunos datos.

Hasta el siglo XVII, la flauta fuera derecha o travesera, presentaba muchas limitaciones y fue necesario esperar que el famoso flautista de Federico II, Johann Joachim Quantz (1697-1773), autor de un método para el instrumento, introdujera una segunda llave y que Théobald Böhm (1793-1881) produjera sus principales modificaciones mediante mecanismos de llaves. Así vemos pronto destacarse como virtuoso e importante teórico y luthier de este instrumento al flautista francés, nacido en París, Jean-Louis Tulou (1786-1865). Su padre Jean-Pierre Tulou (1749-99), también se destacó como fagotista.

Será en 1813, cuando Iwan Müller (1786-1854), haga público su Clarinete de 13 Llaves y más tarde. En 1839, Aguste Buffet (1809-1880), gana la Medalla de Oro en la Exhibición de París, con su Clarinete reformado y mejorado. Luego en 1842, de nuevo Auguste Buffet, esta vez en unión de Henry Hyacinthe Klose (1808-1880), adaptan al Clarinete de Buffet, el mecanismo de llaves que Théobald Böhm había aplicado a sus flautas. Esto mejorará la velocidad mecánica, la precisión en la digitación y desarrolla el virtuosismo en la ejecución.

 

Durante la segunda mitad del siglo XVIII era frecuente la aparición de virtuosos o ídolos del momento, tales como el oboísta Jean Parke, el violinista radicado en Londres, Giacomo Bassevi Cervetto (1682-1783) y su hijo, el violonchelista James Cervetto (1747-1837).

Proceso similar ocurre con la transformación de los cobres o metales. Los Pistones los inventa, en 1788 el irlandés Charles Clagget (1740-1795), quien unió dos cornos de diferente altura en los que un pistón desviaba la columna de aire de uno a otro e hizo lo mismo con la trompeta.

Otros inventores expusieron ideas brillantes. En 1815 en Viena, el trompetista Anton Weidinger (1767-1852) y el cornista Joseph Riedl, comienzan a experimentar con el uso de las Válvulas rotatorias para los instrumentos de metal. En el año 1829, el director de orquesta y bandas Wilhelm F. Wieprecht (1802-1872) y Johann G. Moritz (1777-1840), diseñan y construyen la primera Tuba para orquesta, la cual patentan en 1835.

A principios del siglo XIX, hacia 1813, los alemanes, Blühmel y Stölzel, aplicaron a la trompeta el verdadero sistema de pistones; que luego fue llevado al número de tres por Müller de Maguncia; mejorado en 1830 por Sattler de Leipzig; perfeccionado sucesivamente, por Adolphe Sax (1814-1894), Claude Périnet, y más recientemente, hacia 1852 por el doctor J. P. Oates.

Sax, no sólo aporta el perfeccionamiento de los diferentes modelos de Fliscornos o Bugles, a los cuales denominará Saxhornos, sino que en Bruselas durante el año 1841, inventa y presenta la revolucionaria familia de los Saxofones. En el siglo XIX e inicios del XX, se destacan los primeros virtuosos Saxofonistas Clásicos, entre ellos, Elise Hall (1853-1924), François Cokken (1801-1875), Henri Wuille (1822-1871), Louis Mayeur (1837-1894), Marcel Mule (1901-2001) y Sigurd Rascher (1907-2001), entre otros.

En cuanto al desarrollo de la Percusión, por las investigaciones realizadas a finales del siglo XIX por el timpanista alemán Otto B. Seele (1856-1935) sabemos que los primeros Timpani o Timbales a pedales los encontramos en Dresde hacia 1872, construidos por Pettrich & Queisser; con ellos se podía lograr un pasaje cromático dentro de la octava usada por cada instrumento.

El primer juego o set de Tres Timpani también aparece reseñado en la Orquesta de la Ópera de Dresde y construidos por M. Pfundt en 1881. En América, el primer set de Timpani con pedales fue construido y patentado por William F. Ludwig (1879-1973) en 1911.

Por su parte, el lutier español natural de Almería, ANTONIO DE TORRES JURADO (1817-1892) en 1854, inicia la construcción de sus afamadas Guitarras de Concierto por lo cual muchos le consideran El Padre de la Guitarra Clásica.

Como hemos señalado, a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, y como consecuencia lógica del mejoramiento de los instrumentos, se produce la aparición de una constelación de Grandes Virtuosos en los diversos instrumentos que cada día experimentan mejoras en su diseño y construcción.

En las orquestas, la presencia de los aficionados se sustituye por la de los profesionales con estudios, experiencia y cualidades.

Las condiciones de los Virtuosos instrumentales ya se estimaban desde el Renacimiento; también los siglos XVI y XVII presenciaron la existencia de virtuosos ambulantes, pero en el siglo XIX el virtuosismo o estrellato se apodera de los grandes teatros, no solo en el ámbito de la música instrumental sino también en el género operístico, donde se ven triunfar una importante lista de divas y divos.

 

El perfeccionamiento de los instrumentos se hace patente con el creciente desarrollo industrial y la mecanización y automatización de los procesos productivos; y así, sobre todo a partir de 1775, vemos mejorar notablemente, la fabricación del Arco de la familia de los violines, gracias a los trabajos ya mencionados, del parisino FRANÇOIS TOURTE (1747-1835), quien siguió para ello, las indicaciones que había recibido del gran compositor y virtuoso violinista GIOVANNI BATTISTA VIOTTI (1755-1824).

 

Los virtuosos no sólo se limitan a ejecutar con maestría un instrumento sino que en frecuentes ocasiones, incursionan en el campo de la composición y de la investigación para sugerir el mejoramiento del repertorio y de sus instrumentos.

 

Así en 1799 el famoso joven genovés NICCOLÒ PAGANINI (1782-1840), realiza sobre su violín: …continuos estudios sobre dificultades de mi propia invención, las que en seguida lograba dominar[1] Paganini señala la línea divisoria entre dos etapas de la Técnica Violinística la cual revolucionó totalmente, compositor, guitarrista, violinista y violista de cualidades y dotes excepcionales, cuyos famosos 24 Capricci para violín solo y los Conciertos para violín y orquesta, constituyen un verdadero tesoro de la literatura para este instrumento.

 

Recordamos también a otros virtuosos del instrumento, como lo son el compositor Gaetano Pugnani (1731-1798), compositor de óperas y también de sonatas para violín y música de cámara; Giovanni Battista Viotti (1753-1824) violinista desde los ocho años y también destacado compositor; el violinista francés y también compositor, RODOLPHE KREUTZER (1766-1831), a quien Beethoven dedicó la Sonata del mismo nombre; GEORGE AUGUSTUS POLGREEN BRIDGETOWER (1777-1860), el violinista mulato inglés de padre africano, quien encargó y estrenó el 17 de mayo de 1803, junto al compositor, la Sonata que luego Beethoven dedicó a Kreutzer, quien nunca la quiso tocar; el virtuoso vienés Franz Clement (1780-1842), quien estrenó el 23 de diciembre de 1806 el Concierto para violín Op.61 en re mayor de Beethoven; el violinista italiano, natural de Génova, alumno de Paganini, Ernesto Camillo Sivori (1815-1894); el compositor y virtuoso alemán Ludwig Spohr (1784-1859) posiblemente el más destacado violinista en la Alemania de su tiempo; y el virtuoso violinista y violista francés formado en el Conservatorio de París, también destacado como compositor Benjamín Godard (1849-1895), autor de la sinfonía dramática Le Tasse para solo, coro y orquesta (1878); además de la célebre obra Jocelyn (1888); un Concierto para piano; dos para violín; y muchas obras de cámara.

 

La última mitad del siglo XVIII y la primera mitad del XIX, son el marco de la actuación de un gran Contrabajista y compositor de música para dicho instrumento; se trata del veneciano Domenico Dragonetti, nacido en 1763; compuso numerosas sonatas y otras obras para Contrabajo, incluido su conocido Concierto para Contrabajo y orquesta; participó activamente en introducir nuevos elementos en la forma y técnica de tocar dicho instrumento. Su primera gran actuación tuvo lugar en 1794 en Londres, ciudad donde vivió mucho tiempo y junto al compositor y virtuoso violonchelista inglés Robert Lindley (1776-1855) realizaron famosas y celebradas actuaciones. Murió en Londres en 1846. También destacó en el contrabajo, el compositor italiano, natural de Crema, Giovanni Bottesini (1822-1889), autor de conciertos para contrabajo y orquesta, así como varias obras para contrabajo y piano.

 

Resaltan en el ámbito musical europeo los pianistas y compositores, el alemán Johann Baptist Cramer (1771-1858); los checos Jan Dussek (1760-1812) e Ignaz Moscheles (1794-1870), el húngaro germano Johan Hummel (1778-1837), los austriacos Karl Czerny (1791-1857), quien además de escribir casi un millar de obras, se dedica especialmente, a la pedagogía pianística. El violinista alemán Ferdinand David (1810-1873) a quien Mendelssohn dedicó su Concierto en 1836.

Así mismo, encontramos clarinetistas de la talla de Joseph Beer (1744-1811); Anton Stadler (1753-1812), para quien Mozart compuso su Concierto para Clarinete en La mayor KV. 622; Franz Tausch (1762-1817), Heinrich Baermann (1784-1847), su hijo Carl Baermann (1810-1885), para quienes Mendelssohn escribió su Concertstück N° 2 in D minor für Clarinett und Bassethorn Op.113-114, en 1832; Carl, arreglista y compositor es además, autor de un magnífico método para el instrumento publicado hacia 1864.

 

Como virtuosos del violonchelo encontramos, entre otras grandes figuras, al alemán Bernhard Romberg (1767-1841), destacado chelista, iniciador de la escuela alemana de dicho instrumento; docente y compositor; J.J. Friedrich Dotzauer (1783-1860), quien se destacó en las orquestas de Meiningen, Lipzig, Berlín y Dresde; además compuso la ópera Graziosa, una Sinfonía y mucha música de cámara; Friedrich August Kummer (1797-1879); Auguste Joseph Franchomme (1808-1884); el belga Adrien François Servais (1807-1866) y  su hijo Joseph Servais (1850-1885), ambos muy destacados y famosos violonchelistas; Jacob Franco Mendes, uno de los primeros grandes virtuosos del violonchelo en Portugal, además fue violonchelista de la corte en los Países Bajos (1831) y en La Haya, violonchelo solista del rey Guillermo I (1833); se destacó también como compositor; entre sus obras figuran: Variations sur la Cavatine du Pirate pour violoncelle et piano Op.15, Valses brillantes pour violoncelle et piano, Op.27., Rêverie, Solo pour violoncelle et piano “A.S.M.D. Pedro V, Roi de Portugal, Op.50; y otras. Charles Davidov (1838-1889), violonchelista y compositor ruso, quien además de triunfar en el Gewandhaus de Leipzig en 1859; fue primer violonchelista de la Ópera de San Petersburgo y director del Conservatorio de dicha ciudad entre 1876 y 1886; August Tolbecque (1830-1919) a quien Saint-Säens dedicó su 1er. Concierto para el instrumento; el alemán Robert Haussman (1852-1909) formado en la Hochschule für Musik de Berlín y luego alumno del gran violonchelista italiano Alfredo Piatti (1822-1901) en Londres. Julius Klengel (1859-1933), virtuoso y autor de Hymnus para 12 violonchelos y de un Capricho en forma de Chaconne para violonchelo solo; Victor Novacek, muerto en 1999 y quien estrenó el concierto de Jean Sibelius el 8 de febrero de 1904; el checo Hanus Wihan (1855-1920), a quien Dvorák dedicó su Concierto en si mayor Op.104; y el inglés Leopold Stern (1862-1904), quien estrenó dicho concierto en 1896.

 

En la viola, además de Paganini, destacarán figuras como el compositor alemán Paul Hindemith (1895-1963); el destacado compositor Antonin Dvořák, quien destaca como violista en la Orquesta de la Ópera Nacional de su país entre 1863 y 1871; los ingleses Lionel Tertis (1876-1975); William Primrose (1914-1982) y el norteamericano Raphael Hillyer (1914), entre otros muchos.

 

Como virtuosos del siglo XIX podemos señalar también a los guitarristas: el español Fernando Sor (1778-1831), nacido en Barcelona; destacado intérprete y compositor de importante literatura para el instrumento; el italiano Luigi Castellacci (1797-1845), el francés Napoleón Coste (1806-1883) y el húngaro Johann Kasper Mertz (1806-1858).

 

Destacan también, las figuras de los grandes pianistas y compositores, el alemán Ferdinand Hiller (1811-1885); el húngaro Stephen Heller (1814-1888); los rusos Anton Rubinstein (1829-94) y Nikolai Rubinstein (1835-81), el polaco Ignacy Paderewski (1860-1941) y el suizo, natural de Ginebra, Sigismond Thalberg (1812-1871).

 

Es este el gran momento en el cual cautivan al público de los Teatros y Salones vieneses los compositores y violinistas, Joseph Lanner (1801-1843), Johann Strauss padre (1804-1849) y Johann Strauss Jr. (1825-1899), el Rey del vals.

En el mundo de la Ópera, a medida que se avanzaba hacia el siglo XIX, fue desapareciendo el predominio de los castrati de la escuela italiana y tuvo más desarrollo una nueva escuela de Bel Canto con grandes voces y figuras representativas. Mencionamos algunos cantantes como, Marie-Justine-Benoise Favart (1727-1772); la soprano Louise Rosalie Dugazon (1755-1821); Pierre-Jean Garat (1764-1823), cantante favorito de la reina María Antonieta; el destacado bajo francés Nicolás Levasseur (1791-1871); el tenor Adolphe Nourrit (1802-1839); Marie Cornélie Falcón (1814-1897); la famosísima soprano alemana Gertrud Elizabeth Schmeling, conocida como La Mara (1749-1833); la destacada soprano portuguesa Luisa Rosa Todi D’ Aguiar (1753-1833); la soprano inglesa, cuya voz tenía una gran extensión y una pureza admirable, Elizabeth Billington (1765-1818); la prima-donna Tereza Strinasacchi (1768-18¿?); la famosísima soprano italiana Angélica Catalani (1780-1849); la destacada cantora alemana Maria Anna Barili (1780-1813); la soprano Josephina Grassini (1773-1850); el barítono francés Jean-Baptiste Fauré (1830-1914); las hermanas Carlotta Patti (1840-1889) y Adelina Patti (1843-1919); Henriette Sontag (1806-54); Jenny Lind (1820-1887), llamada El Ruiseñor de Suecia. Pauline Viardot-García (1821-1910) y su hermana María García Malibrán (1808-1836). La contralto alumna de Rossini, Marietta Alboni (18261894); El tenor Domenico Mombelli (1751-1835); el muy famoso tenor Enrico Caruso (1873-1921); la soprano Nellie Melba (1859-1931); el cantante lusitano Mauricio Bensaude (1863-1912); los tenores Tito Schipa (1888-1965) y Beniamino Gigli (1890-1957); el madeirense, lumbrera del Bel Canto, Nuno Lomelino Silva (1893-1967); y la inovidable y controvertida María Callas (1923-1977); entre muchos más.

 

Cabe agregar aquí, que los primeros americanos virtuosos del piano que realizan giras triunfales de conciertos por Europa y América son, el también compositor nacido en New Orleans, Louis Moreau Gottschalk (1829-1869) y la venezolana TERESA CARREÑO (1853-1917), quien recibió grandes elogios de Franz Liszt, con quien alternó en un concierto (Sala Erard, París, 1866) y de Gioacchino Rossini. A ella nos referiremos más adelante.

 

También destacan en el Arte del violín a partir del siglo XIX, el moravo Heinrich Ernst (1816-1865), Joseph Joachim (1831-1907), destacado violinista y compositor húngaro para quien Schumann escribió su Concierto en re menor; el compositor y destacado violinista polaco Henryk Wieniawsky (1835-1880) brillante figura del arte virtuosista romántico. Así como, Pablo Sarasate (1844-1908), virtuoso violinista y compositor catalán; los belgas, Charles de Beriot (1802-1870) destacado más como gran pedagogo del violín; Henri Vieuxtemps (1820-1881) y el belga Eugene Ysayë (1858-1931), considerado como uno de los mejores de su tiempo; discípulo de Vieuxtemp y Wieniaswsky. También, el violinista húngaro Leopold Auer (1845-1930).

 

Más cercanos a nuestros días, nos encontramos con el gran violinista y compositor austriaco Fritz Kreisler (1875-1962); el violinista y compositor rumano George Enescu (1881-1955); los violinistas rusos Mischa Elman (1891-1967) Leonid Kogan (1924-1983) e Isaac Stern (1920-2001); el violinista húngaro Joseph Szigeti (1892-1973); el virtuoso ucraniano David Oistrach (1908-1974); los franceses Zino Francescatti (1902-191) y Arthur Grumiaux (1921-1986); el polaco nacionalizado mexicano Henryk Szeryng (1918-1988); el maravilloso virtuoso lituano nacionalizado norteamericano Jasha Heifetz (1901-1987); el gran virtuoso Yehudi Menuhin (1916-1999); y Nathan Milstein (1904-1992), celoso de la perfección violinística en la interpretación; el destacado representante de la escuela vienesa, Wolfgang Schneiderhan (1914-2002). El norteamericano de orígen italiano Ruggiero Ricci, nacido en San Bruno, California (1918-2012); el virtuoso y director de orquesta, Salvatore Accardo (1941); el destacado violinista y virtuoso, nacido en Tel Aviv en 1945, Itzhak Pearlman; el letón, nacido en Riga Gidon Kremer (1947); Shlomo Mintz (1957); la alemana Anne-Sophie Mutter (1963); y el joven siberiano, destacado pedagogo e innovador del arte violinístico, Maxim Vengerov (1974); y el virtuoso violinista estadounidense nacido en 1967, Joshua Bell; por tan solo mencionar algunos nombres.

 

En el piano, la lista actual de figuras que han hecho y siguen haciendo historia resulta bastante extensa pero no debemos dejar de mencionar algunos nombres, así recordamos a los rusos Arthur Rubinstein (1887-1982) y Vladimir Horowitz (1903-1989); a los franceses Alfred Cortot (1877-1962), Yves Nat (1890-1956) y Gabriel Tacchino (1934). Recordamos las magníficas interpretaciones de Walter Gieseking (1895-1956); Edwin Fischer (1886-1960) y del gran virtuoso chileno Claudio Arrau (1903-1991); al destacado intérprete de Bach, Glenn Gould (1932-1982). Mencionamos también a los virtuosos Alfred Brendel (1931); al director de orquesta y virtuoso pianista argentino Daniel Barenboim (1942); a Paul Badura-Skoda (1927); Aldo Ciccolini (1925-2015); Vladimir Ashkenazy (1937) y dos grandes figuras femeninas, dentro de una larga lista de intérpretes de nuestros días: la lusitana Maria João Pires (1944) y la venezolana Gabriela Montero (1970).

 

LA NUEVA DIRECCIÓN ORQUESTAL

Parece ser el compositor alemán y director musical de la Orquesta de la Corte Prusiana en 1776, JOHANN FRIEDRICH REICHARDT (1752-1814), uno de los primeros Directores de Profesión que adopta la técnica de subirse a un Podium y colocar las partituras sobre un Atril. Este ejemplo es seguido en 1812 por el compositor IGNACE FRANZ MOSEL (1752-1814), cuando asombra al público vienés subiéndose a un pódium y dirigiendo con el arco de su violín y un poco más tarde, en 1817, CARL MARIA VON WEBER dirige con batuta el teatro de Dresde.

 

El italiano GASPARO SPONTINI (1774-1851), dio al estilo operístico de Gluck un giro grandioso y napoleónico. La Vestale (1807), situada en el período final del imperio romano y que trata del amor de una virgen del templo y su negligencia, fue, junto con Ferdinando Cortez ou la Coquête de Mexique (1810), la gran ópera festiva decorativa, de la era napoleónica. En 1820 Spontini fue nombrado Director General de Música de Berlín en la Corte de Federico Guillermo III de Prusia; el primer nombramiento de este género en la historia de la ópera. Allí impulsó importantes reformas para la Ópera. Como Gluck, se basaba en la melodía sucinta, los efectos escénicos vívidos y la potencia de un motivo rítmico dominante. Su prestigio se vio opacado en 1821 por el triunfo de Carl M. Von Weber con su Der Freischütz. Como DIRECTOR, SPONTINI INTRODUJO EL USO DE LA PEQUEÑA BATUTA en la Orquesta de la Corte Prusiana; organizó la ubicación de los diferentes elementos de la orquesta en secciones, ensayó meticulosamente y ofreció representaciones modélicas de sus propias óperas así como de las de compositores como Mozart y Weber, a quien había conocido durante una visita a Dresde en 1822-3. Spontini al igual que Gluck y su propio sucesor Meyerbeer, fue un hombre de teatro, sin interés por la música fuera del escenario.

 

En 1835 por el compositor y virtuoso pianista FÉLIX MENDELSSOHN-BARTHOLDY en Leipzig, cuando es designado Director del Gewandhaus, introduce en dicha ciudad la nueva moda de la DIRECCIÓN DESDE EL PODIUM. Destaca también en el arte de la dirección, el violinista francés FRANÇOIS HABENEK (1781-1849), quien en 1828 funda la Société des Concerts du Conservatoire, agrupación que dirigirá durante veinte años.

 

Hans Guido von Bülow

Sin embargo, será el alemán nacido en Dresde, HANS VON BÜLLOW (1830-1894), el primer músico que se considera a sí mismo, como Director Profesional, después de haber realizado una interesante carrera como virtuoso pianista. En una primera etapa, se dedica a dirigir exclusivamente las óperas de Wagner, bajo la protección de Luis II de Baviera (rey de 1864-86). Más tarde y con el patrocinio del Duque de Meiningen, logra tener su propia orquesta de 40 músicos con los cuales comienza a desarrollar técnicas novedosas de ensayo: ensayos seccionales, anotación de arcadas en las partichelas, signos de respiración y fraseo para los vientos; todo lo cual lo lleva a lograr, después de cinco años de silencioso trabajo una perfección revolucionaria en la interpretación de las Sinfonías de Beethoven y más tarde, de las obras de su amigo Brahms. Finalmente, en 1887 asume la Dirección de la Orquesta Filarmónica de Berlín y con ella: …tanto el director como la orquesta, entran triunfalmente en la historia de la vida musical alemana (Friedrich Herzfeld, p.68).

En el arte de la Dirección Orquestal, a Von Büllow, le siguieron tres directores sobresalientes, son ellos el alemán Hermann Levi (1839-1900), el austro-húngaro Hans Richter (1843-1916) y el austriaco Felix Mottl (1856-1911).

 

El compositor Gustav Mahler, al igual que Richard Strauss, también ejercerán funciones importantes y destacarán como Directores de Orquesta. Pero siguiendo la línea de los DIRECTORES DE PROFESIÓN, varios nombres marcan la pauta para la Moderna Dirección Orquestal: los alemanes Julius Rietz (1812-1877); Charles Hallé (1819-1895); el francés Louis Antoine Jullien (1812-1860); el francés Charles Lamoureux (1834-1899), fundador de los Concerts Lamoureux en 1881; el alemán  Hermann Levi (1839-1900); el austriaco, natural de Graz, Ernst von Schuch (1846-1914); el húngaro-germano Artur Nikisch (1855-1922), quien estrenó, por cierto, la Séptima Sinfonía en mi mayor de Anton Bruckner, en la ciudad de Leipzig en el año 1884; los austriacos Felix Mottl (1856-1911), compositor de varias óperas y director; y Felix von Weingartner (1863-1942) quien además de director y compositor realizó importantes investigaciones musicales y el rescate de obras desconocidas u olvidadas; el holandés, nacido en Utrecht Willen Mengelberg (1871-1951), caracterizado por sus fatigantes ensayos cargados de comentarios, análisis de las obras y comentarios acerca de cada compositor; gran difusor de la obra de Gustav Mahler; y el alemán Leo Blech (1871-1958); a quien emocionaba más la ópera que el drama musical, gran conocedor de la obra de Mozart, Verdi, Puccini y Richard Strauss; Bruno Walter (1876-1962) nacido en Berlín y naturalizado americano en 1946, especialista en la obra de Mahler; Carl Schuricht (1880-1967) alemán, natural de Danzig; analista y conocedor profundo de los repertorios que enfrentaba; famoso por su versión dirigida totalmente de memoria y sin batuta, de la Missa Solemnis de L. Van Beethoven, quien: …dirigía con gran intensidad y cuyas entradas estaban siempre llenas de vida…

 

Hermann Abendroth (1883-1956), quien dirigía con tal intensidad que, según graciosos comentarios de su época: …“con él se oyen los trombones, hasta en la Serenata Nocturna de Mozart, y eso, a pesar de que ahí no los hay”. Incluimos en este recuento algunas de las máximas figuras de la Nueva Dirección Orquestal que constituyen el legado que nos deja el siglo XIX, son ellos: el gran WILHELM FURTWÄNGLER (1886-1954), nacido en las afueras de Berlín, director a los 29 años en Mannheim y luego a la muerte de ARTHUR NIKISH (1855-1922) y contando 36 años, nombrado titular de la Orquesta Filarmónica de Berlín. Como curiosidad, comento que Furtwängler visitó a Venezuela precisamente, en el año de su muerte. Nuestro recuento continúa con el francés Edouard Colonne (1838-1910), gran difusor y defensor de la música francesa; los británicos, Sir Henry Wood (1869-1944), el autodidacta en gran medida, Sir Thomas Beecham (1879-1961), Sir John Barbirolli (1899-1970), Sir Malcolm Sargent (1895-1967) y Sir Adrian Boult (1889-1983); el magistral director alemán OTTO KLEMPERER (1855-1973); el también alemán, director de la Orquesta de la Corte de Weimar y luego de la Sociedad Filarmónica de Breslau Leopold Damrosch (1832-1885) y su hijo, también famoso director Walter Damrosch (1862-1950), quien se desempeñó como director en el Metropolitan de New York (1898-1901), y luego, director de la Orquesta Filarmónica de New York entre 1902 y 1903; el destacado director alemán Eugen Jochum (1902-1987); el genial violonchelista y maestro italiano ARTURO TOSCANINI (1867-1957); el ruso nacionalizado americano Sergei Koussevitski (1874-1951), famoso director de la Orquesta Sinfónica de Boston (1924-49); el director suizo, fundador de la Suisse Romande en 1918,  Ernst Ansermet (1883-1969); el italiano Vittorio Gui (1885-1975), creador del Maggio Musicale Fiorentino; el austriaco Erich Kleiber (1890-1967); los alemanes Fritz Busch (1890-1951), el compositor, director y pedagogo musical Hermann Scherchen (1891-1966); el destacado director y profesor de dirección húngaro, maestro de muchos maestros Hans Swarowski; el alemán Hans Knappertsbusch (1888-1965); los austriacos Clemens Krauss (1893-1954) y Karl Böhm (1894-1981); los franceses Pierre Monteux (1875-1964), André Cluytens (1905-1967), Ernest Bour (1913-2001), y Charles Münch (1891-1968); los italianos Víctor de Sabata (1892-1967), y Guido Cantelli (1920-1956); los rusos Nikolaï Malko (1883-1961) y Yascha Horenstein (1898-1973); el griego Dimitri Mitropoulos (1896-1961); los húngaros, nacionalizados americanos Eugene Ormandy (1899-1985) y George Szell (1897-1970); el alemán William Steinberg (1899-1978); el director americano “de las manos mágicas de Fantasy” Leopold Stokowski (1882-1977).

Por último, no podemos dejar de nombrar al rival y sucesor de Furtwängler, el mitológico “Mago de la Dirección Orquestal” a quien el viejo maestro llamaba “el pequeño K”, austriaco nacido en Salzburgo, Herbert von Karajan (1908-1989).

          Antigua forma utilizada para colocar la Orquesta[2]

  

  Otras formas utilizadas para la colocación de la Orquesta:

 

 REFERENCIAS: 

[1]  Renée de Saussine, Paganini, p.143.  ST613, Academia Editore (1978).

[2] Ilustraciones tomadas del tratado de Friedrich Herzfeld, Magie des Taktstocks, Edit. Ullstein A.G., Berlin.

 

HISTORIA DE LA MÚSICA (Curso 2)

 

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